"Estar buena" no es un requisito.



 
Laia Costa en Berlín.


"La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma." (Georges Sand).


Nuestra sociedad ha alimentado el monstruo durante años de que para trabajar de cara al público es mejor ser guapa. A veces se decide a quién entrevistas o a quién contratas mirando fotos, por eso de que vende más una cara bonita y un cuerpo escultural.

La belleza física no debería ser un factor decisivo para un cargo profesional. Ni tampoco que una empleada haga la pelota, sonría maliciosamente y diga palabras cariñosas y sensuales. No hace falta.

La solvencia, la responsabilidad, el sentido de equipo, la perspectiva, la argumentación, la velocidad, los idiomas y la eficacia no tienen nada que ver con el aspecto.

Es tu rendimiento lo que vale, no que unos cuantos obsesos caigan rendidos a tus pies. Es la capacidad la que cuenta, no las curvas de tu cuerpo.

No confundamos tener buen aspecto con "ser un bombón". Una persona "buenorra" no garantiza nada y nuestros clientes no necesitan "tener vistas" para aprobar las campañas.

Escuchar frases como "tiene un par de buenos argumentos", "el cliente se derrite con su sonrisa", "se lo toma muy a pecho" o "que busque una excusa para agacharse", resulta indignante.

La estatura, la sensualidad o la melena no son los argumentos que un empresario necesita para contratarte. Necesita que estés preparada, que tengas talento, que te sepas relacionar, que tengas sentido común y coherencia.

Por supuesto que te puedes sentir bien con tu cuerpo, guapa, atractiva o interesante, lo que no es correcto es que el aspecto físico sea una vara de medir contrataciones.

Por favor, seamos profesionales. Si alguien quiere incentivar su morbo, que vaya al cine, se compre revistas o visite clubs nocturnos. Una persona puede ser muy atractiva sin tener un cuerpazo y muy empática sin quitarse la ropa.

El talento debería ser la única medida objetiva para contratar.

La publicidad no es una pasarela ni Sunset Boulevard.

La mejor arma de una mujer es su inteligencia.

Puedes ser muy buena profesional sin que nadie te pida "estar buena". 







Cecil Mc Lorint Salvant y Cyrille Aimeé, dos grandes talentos del jazz.



"La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora." (Ortega y Gasset).

"No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo." (Susan Sontag).






Maniquíes con barriga, una forma de normalizar los estereotipos de belleza.

Comentarios

  1. Incombustible y genial Richard Wakefield.


    Laia

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  2. Brutalísimo, me ha encantado, como siempre la clavas pero bien clavada. ����������

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