Jordi Évole, "Salvados" y la depresión.




Una vez más Jordi Évole puso sobre la mesa un tema extremadamente delicado: la depresión.

Salvados afrontó sin complejos el reto de explicar, más allá de los tópicos qué es y qué significa padecer esta enfermedad. Una de cada cuatro personas puede ser diagnosticada al menos una vez en su vida. Los afectados la definen como sufrimiento total, morir en vida, pérdida absoluta de la ilusión y el placer, lo más parecido a la muerte que se puede experimentar, dejas de ser tú mismo, un pozo sin fondo del que piensas que es imposible salir, estás siempre agotado y mareado, cualquier pequeña cosa te produce ansiedad, te da miedo hasta bajar al súper, ducharte cada día te supone un esfuerzo tremendo.

Los expertos opinan que en 2030 será la primera causa de discapacidad laboral mundial. Su progresión es altamente preocupante.

La depresión aparece como consecuencia de la pérdida de un ser querido, por una separación, por estar sometido a un stress constante durante mucho tiempo, por herencia genética y en muchos casos por causas aparentemente desconocidas.

El trabajo conjunto de psiquiatras y psicólogos parece la mejor fórmula. Si tienes una depresión mayor, el tiempo de recuperación es larguísimo, interminable, terrible.

Los afectados son auténticos héroes que se levantan una y otra vez en busca de pequeñas mejoras que tardan en llegar. Aproximadamente un 9% no lo soporta y se suicida.

La sociedad estigmatiza a las personas con depresión calificándolas de débiles, inestables, sin carácter, sin actitud, sin capacidad de trabajar bajo presión o poco fiables = falso.

Otro mito es que las personas afectadas nunca volverán a ser las mismas = totalmente falso.

Es bastante frecuente que algunas o muchas amistades opten por mantenerse al margen, por no hacer nada. Por esperar a que todo vuelva a su cauce.

Es también frecuente que se oculte la enfermedad, por temor a ser juzgado/a.

Sería más adecuado afirmar que una depresión le puede pasar a cualquiera y que a cualquier enfermo le conviene tener cariño, comprensión y gente a su lado, aunque no digan nada.

Así como otras enfermedades han mejorado mucho los tratamientos, las de salud mental están estancadas, según afirman los propios médicos especialistas.

 Intercambiar conversaciones con otros afectados es más que recomendable, así como ir estableciendo pequeños retos personales de forma progresiva.

Las técnicas de mindfullnes (que puedes encontrar fácilmente on line) son también bastante efectivas.

Además de los síntomas físicos, entre los que son habituales el extremo cansancio físico y mental y el mareo, cabe decir que durante las primeras semanas de tratamiento con fármacos, el enfermo se siente aún peor.

La inestabilidad laboral y familiar son dos de los grandes problemas añadidos. Es muy difícil  ponerse en la piel de alguien con depresión.

Recuperarse pasa por mucha constancia y paciencia de todas las partes: enfermo/a, médicos, familiares, amigos y entorno laboral.

A quien se encuentre en una situación así le digo: lo vamos a conseguir, aunque cueste.


Gracias Jordi Évole, gracias Javier de Diego, Laura de Salvados, Sara Vieira, Lidia, Marta, Sergi, la family,  Sandra, Sara, Pablo, Nuria Ribas, Montse Prats, Gara y a mis queridos Vikings.






foto portada: Jordi Évole colaborando con la campaña "La Ela existe", creada por "publicitarios implicados"


www.implicados.org

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