Solo/a no vas a ninguna parte.





https://youtu.be/grTQHDlcI2w

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Incluso los monólogos de Lenny Bruce, Richard Pryor, Pepe Rubianes, Amy Schumer o Eva Hache,  han sido concebidos por un brillante equipo de guionistas.

Las conversaciones en el Café de Gijón dieron lugar a brillantes novelas de la Generación del 27, las conversaciones entre Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes impulsaron 50 de las mejores canciones de la historia.

Las constantes conversaciones entre músicos de jazz dieron lugar a colaboraciones únicas entre ellos,  por no hablar de los famosos tandems publicitarios Mancebo-Lapeña, Casadevall-Pedreño, Lorente-Borsten o Bassat-Pongiluppi.

Conversar en directo se está convirtiendo en un lujo. El whatsapp y el skype aparecen como claros "invasores" para evitar esa mirada en la distancia corta. Está comprobado que cuanto más conversa un equipo, mejor rinde, pero no se habilitan espacios para que esos momentos mágicos aparezcan.

El día a día es un sin fin de silencios, teclados de ordenador y música de fondo, con algunas frases sueltas esbozadas frente a la máquina de café.

Todo el mundo tiene prisa, todo es para antes de ayer y ya no hay tiempo para preguntar por el padre de Jordi o de despedir como se merece a Marta, tras 20 años en la empresa.

El paréntesis laboral es una utopía, ir deprisa a todas partes se impone por goleada, por eso te olvidas de las cosas o por eso tu mujer te reprocha que no vayas a la fiesta de cumple tu hija.

Compartir libros, canciones, videos o campañas internacionales debería ser algo natural. Jose María Piera con su maravilloso mail "el regalito del viernes" suma y aporta en esta necesidad vital que supone estar al día en comunicación.

Es un hecho y tenemos que reconocerlo. En las agencias (y tal vez en la universidad) hemos perdido la sana costumbre de conversar. La sana costumbre de analizar, reflexionar, contrastar, proponer, dialogar, inventar, construir en equipo.

Vamos "a piñón" , como los caballos con los ojos tapados, y nos dedicamos a hacer, hacer, hacer, en lugar de pensar, pensar, pensar.

Sometidos a unos timings demenciales, bastante hacemos con sobrevivir en esta selva de fuego cruzado, mientras no recuerdas como se llama la copy que fichaste la semana pasada.

Solo no vas a ninguna parte. Cuando dices "gané el Festival de Cannes", olvidas que tu equipo de planning/cuentas hizo un maravilloso trabajo, pero no sale citado en las revistas.

Si dejas que tu ego crezca, crecerá tu estupidez y decrecerán tus ganas de aprender.

Los grandes equipos han hecho grandes cosas porque han sumado, han dialogado, han compartido y cada uno ha sacado lo mejor de sí mismo para conseguir un objetivo común.
 
Prefiero dedicar tiempo a conversar que a una comida de alto standing hablando del tiempo y de la liga Santander.

Prefiero que mi equipo se sienta parte de un proyecto y que lo viva con orgullo.

Tenemos que recuperar la conversación porque tus monólogos acabarán rompiendo todos los espejos.








Foto: Con Anna Moliner, Nuria Moliner, Gara, Dani y Mireia en Heliogàbal.




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