Elogio de mi madre, alias "Nana".
No pude ir nunca a Lucknow (India), donde nació mi Mami, pero siempre tuve la sensación de sentirme como en casa por las calles de Londres. La descubrí con 8 años y luego volví con 12, 15, 20, 30, 40... al menos diez veces a lo largo del tiempo. Me acostumbré rápido a su atmósfera gris, a sus casas marrones, a sus pubs musicales y a su lluvia constante. A mi Nana le encantaba salir a mirar tiendas y comprar, yo prefería descubrir lugares exóticos, grupos musicales y espacios singulares.
Mi Mami se sentía mucho más británica que India, todo y que nuestro físico moreno da unas señas de identidad bastante claras.
Era una persona muy especial : fan de la familia real británica, coleccionista de recuerdos kistch, adicta al chocolate, galletas y pasteles, impulsora del té de las cinco con sus amigas de Barcelona, seguidora de crooners de la música como Engelbert Humperdink, Tom Jones, Frank Sinatra y Paul Anka, bailarina incansable en las bodas, jugadora de dominó experta, persona VIP en las salas de bingo, enganchada al teléfono y al móvil, empeñada en visitar una y otra vez el puerto de Barcelona.
Muy fiel a sus tiendas de toda la vida, un poco mandona, muy cinéfila, especialmente de la época 50-60, divertida, bromista, siempre con ropa de colores vivos, bastante aficionada a los programas y revistas del corazón, lectora de La Vanguardia, muy tradicional en fechas señaladas como la Navidad, cuando decoraba la casa de arriba a abajo y muy feliz cuando reunía a hijos y nietos alrededor de la misma mesa.
Londres siempre mantuvo un aroma muy Nana. Le encantaban sus autobuses y taxis, podía pasear por Oxford Street durante horas, estaba como pez en el agua. Cuando mis abuelos se trasladaron a Luton, a unos 60 kilómetros al norte de la capital, pronto descubrió el Arndale Center, un gran centro comercial que se convirtió en su lugar favorito.
Cuando Nana conoció a Emili, un señor muy catalán, amante de la naturaleza, sencillo, partidario del deporte y la vida sana, que nunca se ha subido a un avión, reservado, poco amante de las multitudes, fiestas y grandes concentraciones, nada aficionado a salir de compras, fan de la música clásica y la ópera, muy amante de la tranquila casa de Roda de Bará, parecía que se iba a producir una electrólisis o un choque de trenes, pero fueron capaces de convivir durante 46 años, con una capacidad de negociación envidiable, con puntos de vista diferentes, pero siempre con consenso y diplomacia.
Londres siempre mantuvo un aroma muy Nana. Le encantaban sus autobuses y taxis, podía pasear por Oxford Street durante horas, estaba como pez en el agua. Cuando mis abuelos se trasladaron a Luton, a unos 60 kilómetros al norte de la capital, pronto descubrió el Arndale Center, un gran centro comercial que se convirtió en su lugar favorito.
Cuando Nana conoció a Emili, un señor muy catalán, amante de la naturaleza, sencillo, partidario del deporte y la vida sana, que nunca se ha subido a un avión, reservado, poco amante de las multitudes, fiestas y grandes concentraciones, nada aficionado a salir de compras, fan de la música clásica y la ópera, muy amante de la tranquila casa de Roda de Bará, parecía que se iba a producir una electrólisis o un choque de trenes, pero fueron capaces de convivir durante 46 años, con una capacidad de negociación envidiable, con puntos de vista diferentes, pero siempre con consenso y diplomacia.
Le encantaba ir a las bodas y bailar, bailar sin fin, era incansable.
Si ibas con ella al cine a ver una película de humor, se reía tan alto que todo el mundo se giraba.
Ahora su vacío es muy evidente. Se nota el silencio en la casa, ya que era bastante ruidosa. No creo que nadie siga la colección de adornos kistch. Ya no habrán barras de turrón y tabletas de chocolate escondidas en algún rincón. Tal vez poner el aperitivo deje de ser un ritual. Tal vez se vea más fútbol que telecinco...pero seguirán los objetos que veneran a la familia real británica.
... cuando vaya a Londres, a Roda, escuche a Sinatra, llegue la Navidad o vea una película de Bogart, pensaré en mi Nana, en todo lo que nos ha dado, en todas las veces que luchó por nosotros y nos dio su apoyo, en los power points de colorines que nos enviaba, en su sana costumbre de celebrar todas las fiestas y todos los éxitos... en ese feeling tan difícil de explicar pero tan fácil de sentir.
El mismo feeling que siente Steven, Emili, Maria Esther, Elizabeth, Sergi, Richi, Marta, Nuria, y tantas personas a las que hizo felices.
Britta Barrett, 1930-2014. Never forget.
Si ibas con ella al cine a ver una película de humor, se reía tan alto que todo el mundo se giraba.
Ahora su vacío es muy evidente. Se nota el silencio en la casa, ya que era bastante ruidosa. No creo que nadie siga la colección de adornos kistch. Ya no habrán barras de turrón y tabletas de chocolate escondidas en algún rincón. Tal vez poner el aperitivo deje de ser un ritual. Tal vez se vea más fútbol que telecinco...pero seguirán los objetos que veneran a la familia real británica.
... cuando vaya a Londres, a Roda, escuche a Sinatra, llegue la Navidad o vea una película de Bogart, pensaré en mi Nana, en todo lo que nos ha dado, en todas las veces que luchó por nosotros y nos dio su apoyo, en los power points de colorines que nos enviaba, en su sana costumbre de celebrar todas las fiestas y todos los éxitos... en ese feeling tan difícil de explicar pero tan fácil de sentir.
El mismo feeling que siente Steven, Emili, Maria Esther, Elizabeth, Sergi, Richi, Marta, Nuria, y tantas personas a las que hizo felices.
Britta Barrett, 1930-2014. Never forget.
Un relato emocionante y maravilloso.
ResponderEliminarPrecioso homenaje de una persona mágica.
ResponderEliminarLaura
El día en que deje de creer en las personas, te llamaré y cambiaré de opinión. :)
ResponderEliminarAna.
Tener en la uni a un profesor de publicidad y también de la vida de tanto nivel es una suerte y un lujazo
ResponderEliminarMarcos L.
Tener a Wakefield de profesor es la USP de Blanquerna.
ResponderEliminarMireia.
Wakefield es la lovemark de Blanquerna.
ResponderEliminarEmocionante.
ResponderEliminarLa USP y la lovemark de Blanquerna, qué bonito, me encanta :)
ResponderEliminarTus seminarios me cambiaron la vida, eres genial.
ResponderEliminarAndrea
Eres muy grande Wake!
ResponderEliminarEmotivo, precioso. Una madre es un regalo que hay que desenvolver poco a poco. Un abrazo amigo.
ResponderEliminarKeco.
Leyendo tu escrito me parece como si la hubiera conocido, felicidades por saber hacer un homenaje tan justo, humano y emocional a uno de los seres más queridos de los hijos, la madre.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Antonio Solanilla.
Gracias por compartir con nosotros a la persona irremplazable en la vida de todos.
ResponderEliminarEres un tío afortunado por haberla tenido. Se nota mucho en tu escrito. Sigue honrándola como hasta ahora.
Amalie le Champs
He4rmoso.
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