Lugares con encanto 1 ( "El Nora", Colloto )
"tú sabes que volveré".
El Nora es como una caja aparentemente normal que oculta tesoros inesperados. Está en un pueblo asturiano, Colloto, cerca de Oviedo. En su terraza exterior, entre árboles y sombrillas rojas, escuchas el rumor del río y el sonido de los trenes. A pocos metros tienes un puente romano. El reflejo del sol, su talante auténtico, su sugerente oferta de sabores, la amabilidad de sus habitantes y camareros, invaden tu corazón y te llevan a una situación distendida.
La magia aparece cuando descubres que el Nora es la excusa perfecta para iniciar conversaciones largas. Nadie tiene prisa. A todo el mundo le apetece conocerte. Nadie consulta su smartphone ni envía whatsapps.. Las personas entran y salen sin cita previa. Hay complicidad y camaradería. Y así van pasando los minutos, las sidras, los cafés y las sonrisas. Hablas de cine, de fútbol, de trabajo, de anécdotas, de la vida. Y no hay una hora estipulada para finalizar.
Es un vuelo sin motor hacia sentirte cercano, sin percibir la vulnerabilidad. Te acuerdas de las palabras acogedor, entrañable, calma, tranquilidad y relajación. De vez en cuando alguien se levanta y vuelve con unos choricitos, una bebida o una sorpresa. No pretendas pagar porque no te dejan. Ya tendrás la ocasión en algún momento de invitar a una ronda. No notas ni un atisbo de aceleración, ansiedad, nervios o stress. Es verano, estás viviendo un momento especial y tu piel lo interioriza.
Te gustaría transportar el lugar y los tertulianos a tu inmensa ciudad, borrar la contaminación y la presión con tardes que reparan tu espíritu y recuperan tu capacidad de mirar a los ojos y soñar. Esa plácida jornada te hace sentir muy bien, como si ya no necesitaras nada más. Es una página emocional en tu libro de experiencias. Es un plano secuencia de la película de la intensidad. Es un rincón en tu memoria, ocupado por la química y la relajación. Es el placer de mirar a los ojos, observar los matices, dejarte seducir por la situación.... mientras de fondo suena you give me something de James Morrison.
Añoro su magia. Su velocidad de crucero, sus gentes, sus hojas, el olor a hierba, las sillas verdes, el ruido de la plancha, el sonido del viento y el saludo de "hasta mañana".
Aunque en Barcelona hay propuestas interesantes, la vivencia cotidiana no me permite ir a un sitio a conversar, sin más.
Y a mi me gustaría experimentar el placer de iniciar un tema y seguir hablando sin mirar al reloj, la agenda, el mail o a la libreta de notas. Sin que tu mente no pare de enviarte señales sobre lo que hay que hacer mañana o pasado mañana. Sin esa sensación de que cada vez hablamos menos y actuamos más. Sin pensar que muchas veces la falta de comunicación nos lleva a conflictos absurdos.
Gracias por llevarme, gracias por hacerme sentir como uno más, gracias por inocularme las ganas de volver. La vida te descubre lugares con una luz especial... para que no te pierdas en la oscuridad.
( y cuando vuelva, invitadme a unos pinchitos, que me lo he ganado, no? :)
Muchas gracias a las familias Lázaro y García, por la foto y por los buenos momentos :)
Veo q ya lo has colgado... muy chulo
ResponderEliminarY por supuesto, a los pinchos estas invitado, pero solo acompañados por sidra...
Angel García Pardo.
Volvería mañana. :)
ResponderEliminarEs lo más bonito que nunca nadie ha escrito sobre el nora y colloto.
ResponderEliminarEn serio? me he puesto rojo y todo...
ResponderEliminarUau! La passió amb què ho expliques fa vibrar! Em donen ganes d'anar-hi!!
ResponderEliminarA ver, por favor, necesitamos un mapa de cómo llegar, ya !!!
ResponderEliminarMuchas gracias por poner a Colloto en el mapa.También podrías hablar del Terrastur, je, je, je.
ResponderEliminarFans asturianos.