Mourinho: el showman que llegó a ser namber uan.
"Al escalar una gran montaña, nadie deja a un compañero/a para alcanzar la cima solo/a"
(Sherpa Tiensing)
Sabemos que a Florentino Pérez le encantaría que Mou volviera al Madrid.
En lo personal, puedo decir que Madrid es una ciudad a la que aprecio. Un ciclo de conciertos de los veranos de la villa me ayudaron a superar un momento muy difícil. Inolvidable actuación de Jean Luc Ponty y de nuevo inolvidable George Benson. Con Luis de Santiago he vivido conversaciones sublimes, en el restaurante mejicano de Sabina, en el hindú de la Gran Vía o en ese espectacular local de mojitos cerca del Fnac. Como profesional, fui a la inauguración del Imax Madrid, donde conocí a Wyoming, Hervé Tirmarché y otras personas francamente creativas.
Creo que es una de las tres ciudades que más he pateado, además de Barcelona y Londres. He sido, como muchos publicitarios, habitante del puente aéreo durante años. Recuerdo aquellos desplazamientos a la oficina de ITT, en la carretera de Andalucía, que era todo el turismo que nos daba tiempo de hacer : carretera arriba y carretera abajo hacia el aeropuerto.
Ahora mismo tenemos en la facultad a algunos talentos de los madriles que me apetece mucho seguir descubriendo... como ya sabéis soy del Barça y la rivalidad con los merengues es total, pero total en lo deportivo. Puedo sentarme a ver un partido con Angel, que es del Oviedo y del Real Madrid sin que aparezcan los insultos y sin que la sangre llegue al río.
Londres es como mi segunda casa. Adoro Covent Garden, los musicales, Hyde Park, el frikismo de Harrods, los pubs con sabor, Portobello, Greenwich y que una capital tenga tantos equipos de fútbol en primera división. Chelsea representa la burguesía, la clase alta y creo que a Mou lo vieron como a un mal necesario, como un bicho raro que es capaz de ganar títulos, puesto que los habitantes del barrio son educados/as y distantes.
Al aficionado del United le encanta el fútbol, no la táctica rácana que aplica Mou.
El Barça es una de mis lovemarks, como lo son implicados, Blanquerna o Levis y eso supone, según dice Kevin Roberts, "una relación que va más allá de la razón". Gane, pierda o empate, siempre seré culé y viviré los títulos con euforia.
Soy un gran fan del deporte, pero nunca he sido partidario de ganar a toda costa. No me gusta insultar, descalificar, buscar todo tipo de trampas para conseguir lo que quieres. No me gusta el juego destructivo, no me gusta la provocación, no me gustan los egocéntricos, no me gustan los protagonismos, no me gustan las excusas, no me gustan las patadas y el juego subterráneo.
En el libro "prepárense para perder" de Diego Torres, queda retratado un talante que no me convence, capaz de poner un dedo en el ojo, esperar a un árbitro en el parking o justificar su eliminación de la Champions por razones extra-deportivas.
Creo que las marcas Tottenham, Manchester United, Chelsea y Real Madrid deberían plantearse muy en serio cuál es la percepción que consiguen. Más allá del fanatismo y del comportamiento forofo, más allá de que Mou sea o no un buen entrenador, creo que el camino para conseguir títulos está en la planificación, en la estructura, en la base, en construir un proyecto y en dar una imagen a la altura de las circunstancias. En estos momentos, según una estadística del diario Marca, el Real Madrid es el club más odiado de España. El Chelsea ha perdido su etiqueta de club elegante. El United no juega a nada. El Tottenham no gana títulos.
No podemos convertir a un deporte creativo y con talento en un circo mediático, donde aficionados y directiva tienen la victoria como único objetivo. No es este el fútbol que me gusta y me decepciona profundamente el papel de los medios de comunicación, que juegan con la carnaza como juegan los buitres con la carne podrida.
El peso de un equipo se consolida o se destruye según el respeto, el prestigio y los valores que transmite. Si fomentas la crispación, los resultados no pueden ser buenos. Mou ha llevado su egocentrismo ha creer que destronó al Barça, cuando la estadística de títulos en la época de Guardiola fue de 15 a 3 a favor del FC Barcelona. Trajo a Essien, Altintop, Coentrao, Sahin y Adebayor con pobres resultados. Marginó a Casillas, símbolo del club, y no supo qué hacer con Kaká.
Consiguió que Pogbá fuera mediocre, infra utilizó a Martial y a Rushford. Metió al United atrás cuando tenía un equipo repleto de talento. En el Chelsea, descentró a Cesc Fábregas.
No ha reconocido su culpa o sus errores casi nunca. Ha acusado a la prensa, a la FIFA, a la UEFA, a los árbitros y a todo quisqui. En una rueda de prensa en Chelsea, abandonó la sala sin que finalizara porque le incomodaban las preguntas.
Mourinho ganó su última Champions en 2010 si bien se apuntó la Europa League en 2017. Suma 25 títulos, algunos ciertamente menores, pero tiene un gran currículum, no lo vamos a discutir.
Lo que sí es cuestionable es el talante, el estilo, las formas, la prepotencia, la necesidad de montar el número para salir en los medios de comunicación.
Solo puedes ganar si antes has aprendido a perder.
"Prepárense para perder" : Mourinho antes de un Barça-Madrid.
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