Carles Puigdemont y el proceso de Kafka.
Las similitudes entre el procés català y la novela inacabada de Frank Kafka, publicada en 1925, son evidentes. Su protagonista, Josef K. es arrestado sin motivo aparente y comprueba en primera persona la inaccesibilidad a la justicia. Vive una auténtica odisea mientras se pierde en los laberintos de la burocracia y la legalidad. Orson Welles la llevó al cine en 1962.
El 11 de octubre de 2017 Puigdemont dejó la independencia en suspenso para emprender el diálogo. Este diálogo nunca se ha producido.
Es más, Puigdemont se ha convertido en "el malo" de la película, en el enemigo a batir.
Creo que ambas partes han pecado de precipitación.
Hemos vivido 8 años de procés (sin contar preámbulos) y ahora nos encontramos con la triste realidad de que las personas ingresan en prisión por opinar o manifestar ideas políticas.
Estas personas han entrado en la cárcel con una velocidad pasmosa, mientras que un gran número de involucrados en tramas de corrupción se siguen paseando por nuestras calles. El PP suma más de 60 casos en los últimos años y más de 900 imputados... la más reciente, Cristina Cifuentes.
Europa ha mostrado una gran indiferencia ante cargas policiales inaceptables y la encarcelación sistemática de los líderes del movimiento. Su papel en una negociación podría ser muy importante.
Creo que no se trata de una guerra Catalunya- España, sino de defender la democracia por encima de todo.
Las dos partes podrían y pueden sentarse en una mesa, estar días y meses negociando.
La negativa a realizar un referéndum ha sido el gran error del gobierno central. Si cada voto suma, por encima de las ponderaciones, probablemente, en su momento, hubiera salido "NO".
Hay muchos matices, muchos grises, muchas opiniones, muchas conversaciones por mantener, muchas maneras de interpretar las cosas. No todo es blanco o negro.
El muro de Berlín cayó y parecía imposible.
Un ejemplo claro de que hay matices es que no soy independentista, pero no votaría al PP, a Ciudadanos o al Partido Socialista. Puede haber un espacio para los demócratas que buscamos una sociedad justa, sin comulgar con la derecha rancia.
Amo a Catalunya, defiendo la cultura catalana, hablo y escribo en catalán (también en castellano e inglés). Nací en Barcelona, mis orígenes son anglo-indios. Creo en la multicultura.
El señor LLarena piensa que la cárcel va a solucionar el conflicto, pero está muy equivocado.
Está fomentando la crispación y la indignación.
Veo en las manifestaciones a gente normal, con hijos, abuelos, de mediana edad y jóvenes. No me parecen delincuentes. Y tienen todo el derecho del mundo a expresar su opinión si lo hacen de forma pacífica.
Nos queda el reto de evitar la violencia, si llega a las calles ya no habrá quién arregle esto. La violencia genera violencia. No es el camino.
Si los titiriteros, raperos o fotógrafos van a la prisión, simplemente por opinar o expresarse, estamos ante un hecho kafkiano que no debería suceder en una democracia.
Si Puigdemont, "los Jordis" y otros representantes de partidos del procés son condenados tantos años a la la prisión, es quizá porque hemos retrocedido 40 años en derechos fundamentales.
Tenemos a forofos en lugar de políticos, personas con nula capacidad para negociar En un lado y en el otro.
Los partidos independentistas están enfrentados.
La casposa derecha espera como los buitres su oportunidad para imponer sus criterios.
La ciudadanía está desconcertada ante tanta gama de grises.
Y si Kafka viviera, hubiera tenido material para escribir una enciclopedia.
(expreso solo mi opinión, no es la única ni la mejor).
Me encanta👏🏻👏🏻😘
ResponderEliminarNi millor expressat ni millor resúm. Ets genial...
ResponderEliminarRichard, sin dejar de estar de acuerdo con tu escrito,lo único kafkiano es, que nuestros hijos acaben en primera fila de las trincheras y recibiendo palos con el afán revolucionario y , los creadores del problema observantes desde sus privilegiados lugares... kafkiano, porque no aprendemos, por mucha información que recibamos volvemos a repetir la historia.
ResponderEliminarLo demás , es lo de siempre.es la política del poder.