No insistas en matar a la creatividad. (kill bill remix)





Foto: La Mala Rodríguez  #killtheindifferencechalenge


Hay muchas cosas en nuestra profesión que nos negamos a cambiar, aunque sabemos que estamos equivocados.

Someter a un equipo creativo a una presión constante y permanente, reducir los procesos a un tiempo récord, plantear jornadas laborales de doce horas, salir tarde cada día, practicar la política del grito y la amenaza y encima pedir más de cinco versiones de cada campaña es absurdo, ineficaz, irracional, inútil y patético.

Una mente cansada y con el disco duro siempre lleno, un cuerpo castigado por la taquicardia, el stress, las contracturas o por los nervios en el estómago, jamás rendirá a un alto nivel.

Por supuesto que hay que exigir el máximo y si un día es necesario hacer más horas, se hacen. Pero convertir en costumbre una fórmula tan castigadora no tiene ningún sentido. No podemos pasar del briefing a la ejecución sin apenas pensar. Bajo presión se trabaja PEOR.

No podemos resolver campañas como si estuviéramos en una hamburguesería en hora punta. Tenemos que recuperar los momentos para conversar, las excusas para sentirnos formando parte de un proyecto, la satisfacción por las cosas bien hechas, la vinculación a la cultura, la co-inspiración en equipo.

Somos una máquina de quemar talento, un monstruo que no quiere saber nada de la cantera, de la reflexión, de la paciencia o de los procesos menos acelerados.






Foto de Noe Moreno conseguida by the face-book



La creatividad necesita recuperar la esencia de las agencias motivadas, donde sus profesionales comparten música, series, películas, blogs y tienen el estímulo de buscar la innovación, el atrevimiento y la originalidad. No podemos ser esclavos de cumplir guide lines o proceder según lo que nos dicta el cliente.

Nuestro gran valor, nuestra diferencia, lo que nunca podrá hacer una agencia de medios o una productora se llama precisión en la interpretación de un briefing, acierto en detectar los insights y capacidad de sorprender con el storytelling.

Cambiar la manera de trabajar pasa por reivindicar el espíritu de Bernbach, Hopkins, De Bono, Lowe, Fallon, Ricarte, Hegarty, Web Young o Mihaly : relacionar y combinar de forma constante... con algo de tiempo para pensar.

Del mismo modo que no puedes obligar al pensamiento a ir a un ritmo tan rápido en el mundo laboral, deberíamos reflexionar sobre si es mejor que nuestros alumnos/as acumulen trabajos o plantear experiencias o situaciones que les hagan entender las cosas, asimilarlas y poderlas aplicar en la vida real.

Tal vez deberíamos hablar más, tutorizar más. Si aplicamos el mismo criterio en la facultad que en la oficina, multiplicaremos exponencialmente un error.

La universidad permite enseñar valores, procesos, historia, tendencias, casos, fórmulas y maneras, pero si incluimos la palabra aceleración es posible que nos equivoquemos. Un estudiante que hace 60 trabajos al año, no busca la calidad, sino cumplir con los plazos de entrega.

En la agencia y en las aulas, tenemos que buscar la manera de conversar más, compartir más, pensar más, re-plantear, re-inventar, renovar,  intentar ser cada día mejores, no personas cansadas físicamente y castigadas mentalmente.

No podemos ser galgos que persiguen a una liebre de forma compulsiva.

Una manera de conciliar los horarios puede ser el teletrabajo, combinar on line y presencial, puesto que permanecer más horas en la oficina no garantiza un mayor rendimiento.

Hemos aceptado y dado por buenas algunas costumbres que ya no son adecuadas a la realidad actual.

Pero para cambiar necesitamos una conversación amplia, un foro con muchos participantes, un listado de propuestas para empezar a ponernos de acuerdo.






Chloe Cordon y Nunu Ramos de Flirt con Richard y Sandra de Implicados.



" A veces para construir hace falta de-construir".



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares